miércoles, 12 de mayo de 2010

A Güemes
-Ante su monumento-


Sobre su pedestal de roca viva
oteas cauteloso el horizonte
cóndor que acecha desde su alto monte
del enemigo una
señal furtiva.


Vendrá esta vez del Norte el godo artero,
cual tantas otras, pero no de día;
vendrá la noche lloviznosa y fría
en que un Judas te vende por dinero.


¡Padre salteño!, por la espalda herido,
huyendo, desangrándote en la oscura
senda del Chamical no quiero verte,

sino aquí, ya de vuelta del olvido,
viva plasmada en bronce tu figura
con que tu gloria triunfa de la muerte.

Juan Carlos Dávalos

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